Nuestro entusiasmo desborda la realidad

Día tras día a nuestro país no le cabe nada más impropio que la violencia y los males amarrados de pobreza,secuestro,narcotráfico, delincuencia y guerrilla.
Sin embargo el día corre y que, más que continuar, pensar como desarrollamos formulas para salir adelante.
Pero el desmedido entusiasmo -podría llamarlo " Folclorismo", desconozco si la palabra se pueda usar- deja ver las grandes y no ajenos deseos de liberarnos de las cadenas que nos atan en todas sus formas, el problema es que, a la dura realidad le sumamos no pocas gotas de entusiasmo celestial al pensar que al salir de una ficha, luego muy rápido de otra, la baraja se desmoronará con chasquear los dedos y listo.
Tener una mejor perspectiva luego de los grandes aciertos no debe engañarnos.
Que falta trabajo por desarrollar y no poco, para aclarar el panorama, es muy cierto.
Solo que ese horizonte tiene solidez con un continuo puntillazo sin bajar la guardia.
De aquí en adelante poner ganas con los pies en la tierra y jugar lo estratégico con sabiduría, apretando donde más les duela debe ser una constante.
Para los mortales de todo Colombia la cabeza fria, sin llenarnos de motivos y espumas de especulación, nos hará fijar metas claras, entusiastas y alegres, solo con resultados reales -repito, sin especulación-.
Divulgar el marcador final, ganando la partida, sin jugarla o por lo menos al comienzo de ésta, puede delatar nuestra estrategia y ser arma para el enemigo. Así, la vuelta olímpica se da al final del encuentro no antes.
El panorama ha cambiado y continuará a mejor, ya que podemos agrupar mas positivismo a lograr la mejor salida con la consecución de grandes resultados.